1) Que el Creador alabado sea su nombre, creó y dirige el mundo, Él únicamente hizo, hace y hará todos los hechos (Génesis 1:1; Salmos 22:28-31; Isaías 45:5-7).

2) Que el Creador alabado sea su nombre no es corporal, no lo alcanzan las influencias corporales, y nada puede compararse a Él (Isaías 40:18-31; Jeremías 10:2-7; 1 Samuel 2:1-3; 2 Samuel 7:22).

3) Que el Creador no posee cuerpo ni forma alguna (Números 23:19-21; Isaías 46:4-13).

4) Que el Creador alabado sea su nombre, Él es el principio y la eternidad (Salmos 90:2; Isaías 26:4; Isaías 41:4).

5) Que a El Creador alabado sea su nombre es digno de hacer Tefilá y no hay a quien pedir fuera de Él (Jeremías 29:12-14; Salmo 145:18; Salmo 18:6).

6) Que todas las palabras de nuestros profetas son verdades.

7) Que la profecía de Moshé Rabenu es verídica y él fue el padre de los profetas de todos los tiempos (1 Reyes 8:56).

8) Que la Torá que tenemos es la misma que fue entregada a Moshé Rabenu (Deuteronomio 4:2; Isaías 40:8).

9) Que esta Torá no será cambiada y no habrá otra del Todopoderoso (Malaquías 3:6; Isaías 46:10).

10) Que el Creador alabado sea su nombre, sabe todo lo que la persona hace y conoce todos sus pensamientos (Salmo 139:23-24; Proverbios 21:2).

11) Que el Creador alabado sea su nombre recompensa bien a los que cumplen sus Mitzvot y castiga a los que transgreden sus preceptos (2 Samuel 22:1-51; Proverbios 13:21).

12) Que el Mashiaj vendrá. Y aunque se demore esperamos cada día su llegada (Génesis 49:9-10; Isaías 11:1-10; 2 Samuel 7:12-16).

13) Que los muertos van a resucitar cuando sea la voluntad del Todopoderoso, alabado sea su nombre (Salmos 71:20; Isaías 26:19; Daniel 12:2-3).